El queso es un elemento clave en la propuesta gastronómica de Ham! Fresh Burger, especialmente el artesanal francés, ya que todos los quesos utilizados en sus hamburguesas son importados de Francia, sin pasteurizar y con denominación de origen protegida, garantizando así un sabor auténtico y de máxima calidad para los amantes del queso.
La cadena de hamburgueserías trabaja con cuatro variedades principales: Morbier, Raclette, Sainte Maure y Fourme d’Ambert.
El queso Morbier es el protagonista de su hamburguesa homónima y también de su versión vegetariana elaborada con soja. Se caracteriza por su sabor intenso y su distintiva línea de ceniza en el centro, que favorece su maduración. Elaborado con leche cruda de vaca, es ampliamente reconocido en Francia junto al Comté, siendo ideal tanto para fundir como para degustar en una tabla con nueces y fruta fresca.
En la hamburguesa Poulet, el ingrediente estrella es el queso Sainte Maure, el único de la selección elaborado con leche de cabra. Su textura grasa y su forma cilíndrica lo hacen inconfundible, con una corteza cubierta de ceniza y motas blancas y azules. De sabor salado, es un queso húmedo y granulado que marida especialmente bien con vinos suaves y ligeros, además de algunos secos.
Para la hamburguesa Fourme, se emplea el Fourme d’Ambert, un queso azul de corteza gris y textura cremosa, con un sabor suave y ligeramente salado. Con una historia que lo sitúa entre los quesos más antiguos de Francia, es una opción versátil que acompaña perfectamente tanto carnes como pescados.
Por último, el queso Raclette es el más presente en la carta, ya que además de aparecer en hamburguesas, se incorpora en algunos entrantes como los bastones de queso (trufado o no) y en combinaciones con pollo y bacon crujiente. Elaborado con leche cruda de vaca, es muy popular en Francia y Suiza, donde se sirve tradicionalmente fundido sobre patatas al horno o cocidas, pepinillos y cebollas encurtidas. Su sabor es delicado y aromático, con un sutil toque a nuez.