ORIGENES DEL QUESO

No se sabe a ciencia cierta con exactitud la fecha en la cual comenzo el orígen de la elaboración del queso, aunque se estima que se encuentran entre el año 8000 a. C. y el 3000 a. C.

Su descubrimiento según una leyenda nos cuenta que fue descubierto por un mercader árabe que, durante un largo viaje que realizo por el desierto. Durante ese viaje puso leche en un recipiente fabricado a partir del estómago de un cordero y cuando fue a consumirla vio que estaba coagulada y fermentada (debido al cuajo del estómago del cordero y a la alta temperatura del desierto). Hay otra teoría en la que sus autores nos indican que el queso ya se conocía en la prehistoria, pero jamás se ha podido comprobar, dicha teoría.

Ciñiendonos a la lógica, probablemente el queso surgió como una manera de conservar la leche, aplicándole sal y presión, antes de usar un fermento por primera vez, quizás al comprobar que los quesos hechos en estómagos de animales tenían una mejor y más sólida textura. Hoy en día se han encontrado en murales de tumbas en el Antiguo Egipto datados sobre el 2300 a. C. donde ya se hacía referencia al queso. Probablemente estos primeros quesos tendrían un fuerte sabor y estarían intensamente salados, con una textura similar a los quesos feta o requesón.

Aparte de esta prueba, las ovejas fueron domesticadas hace 12.000 años y en el antiguo Egipto se cuidaban solamente vacas y se les ordeñaban para tener la leche por lo que es lógico pensar que también harían quesos. La leche se conservaba en recipientes de piel, cerámica porosa o madera, pero como era difícil mantenerlos limpios, la leche fermentaba con rapidez. El siguiente paso fue el de extraer el suero de la cuajada para elaborar algún tipo de queso fresco, sin cuajo, de sabor fuerte y ácido.

Posteriormente el queso fue introducido en Europa desde Oriente Medio donde al ser un clima más frio hizo que fuera necesario menos cantidad de sal para su conservación. Esta reducción tanto de sales como de ácidos para su conservación hicieron que el queso se convirtiera en un ambien propicio para bacterias y mohos, encargados de darle su sabor característico.