En un mundo donde el queso trasciende fronteras y culturas, una simple tabla puede convertirse en un viaje sensorial a través de Europa. La imagen que acompaña este artículo es un festín visual que reúne algunos de los quesos más reconocibles y venerados por expertos y aficionados. Pero ¿qué historias hay detrás de cada pieza? En Quesos.es las desgranamos con rigor y pasión.
Identificación de los quesos presentes en la imagen
1. Queso azul: posiblemente Roquefort o Gorgonzola
A la izquierda, destaca un queso de pasta veteada con moho azul, de textura cremosa y sabor penetrante. Por el color blanco marfil de la pasta y la intensidad del azul, se puede tratar de un Roquefort francés, elaborado con leche de oveja y madurado en las cuevas de Combalou, en la región de Aveyron. Otra posibilidad, si su corteza es más lavada y la textura más húmeda, es un Gorgonzola italiano, hecho con leche de vaca.
2. Queso duro con corteza natural: Manchego curado o Comté
En el centro, un queso de corteza natural y firmeza media. Su aspecto sugiere que podría tratarse de un Manchego curado, Denominación de Origen Protegida (DOP) en Castilla-La Mancha, elaborado exclusivamente con leche de oveja manchega. Otra opción es el Comté francés, de Jura, que se distingue por sus notas a frutos secos y su maduración prolongada.
3. Queso blando y madurado: Camembert o Brie
A la derecha, uno de los favoritos del público. Su corteza blanca y aterciopelada delata que estamos ante un queso de la familia de los Brie o Camembert. El primero, de mayor tamaño y suavidad, proviene de la región de Île-de-France, mientras que el segundo, originario de Normandía, tiene una intensidad más marcada.
Más que un alimento: patrimonio y cultura
Cada uno de estos quesos representa siglos de tradición quesera, técnicas de afinado meticulosas y un fuerte vínculo con el territorio. En una misma tabla se entrelazan historias de pastores, monjes medievales, denominaciones protegidas y ferias gastronómicas. No es solo una delicia para el paladar: es un patrimonio vivo.

Además, la combinación de diferentes texturas, intensidades y aromas en una sola tabla responde a un principio básico de la degustación: el equilibrio. Desde la untuosidad del Camembert hasta el golpe umami del azul, cada bocado ofrece una dimensión distinta del arte quesero.
Preguntas frecuentes (FAQs)
¿Cómo conservar una tabla de quesos variada?
Se recomienda mantener los quesos envueltos por separado en papel parafinado dentro del frigorífico, y sacarlos al menos 30 minutos antes de consumir.
¿Qué vino marida mejor con quesos azules y curados?
Los azules combinan a la perfección con vinos dulces como un Oporto o Sauternes, mientras que los curados agradecen tintos estructurados como un Ribera del Duero o Syrah.
¿Es seguro comer el moho del queso azul?
Sí, el moho del queso azul es comestible y está cultivado expresamente con cepas como Penicillium roqueforti, que no son tóxicas para el ser humano.
¿Qué diferencia hay entre un Brie y un Camembert?
Ambos son quesos de pasta blanda y corteza florida, pero el Brie suele tener un sabor más suave y un formato mayor, mientras que el Camembert es más pequeño y de sabor más intenso.