El queso Roquefort, considerado el «Rey de los Quesos Azules», es un queso francés originario de la región de Roquefort-sur-Soulzon. Famoso por su sabor intenso y aroma potente, el Roquefort es uno de los quesos azules más conocidos y apreciados en todo el mundo. Con una textura cremosa y desmenuzable, este queso destaca por las distintivas vetas azul-verde de moho que atraviesan su masa, otorgándole un sabor único e inconfundible.
El Roquefort se elabora con leche cruda de oveja, específicamente de la raza Lacaune, que se cría en la región de Roquefort-sur-Soulzon y sus alrededores. La leche se coagula utilizando cuajo tradicional, y una vez que se forma la cuajada, se añade el moho Penicillium roqueforti. Este hongo, que se encuentra naturalmente en las cuevas de la región, es responsable del característico sabor y aroma del queso.
La maduración del Roquefort es un proceso meticuloso y que requiere de un ambiente controlado. Las ruedas de queso se dejan madurar en las cuevas naturales de la región, donde la humedad y la temperatura son constantes durante todo el año. Las cuevas de Combalou, en particular, son famosas por su excelente ambiente de maduración y han sido utilizadas para la producción de Roquefort durante siglos. Durante el proceso de maduración, que dura al menos tres meses, las ruedas de queso se voltean y se pinchan regularmente para permitir que el oxígeno penetre en el queso y fomente el crecimiento del moho azul-verde.
El Roquefort es un queso con Denominación de Origen Protegida (DOP) desde 1925, lo que significa que solo aquellos quesos producidos en la región de Roquefort-sur-Soulzon y que cumplan con estrictos criterios de producción pueden llevar el nombre de Roquefort. Esta denominación garantiza la calidad y autenticidad del producto, protegiendo su reputación y legado.
En la gastronomía, el Roquefort es muy versátil y se utiliza tanto en platos dulces como salados. Su sabor potente y salado lo convierte en un excelente acompañamiento para ensaladas, carnes, frutas y nueces. También se emplea en salsas y aderezos, aportando un toque de sabor intenso y complejo. Además, el Roquefort es perfecto para disfrutar solo, untado en pan o galletas, acompañado de un buen vino tinto o incluso de un vino dulce como el Sauternes.
El queso Roquefort, con su rica historia y sabor inconfundible, es un verdadero tesoro de la gastronomía francesa y mundial. Con una tradición centenaria y un proceso de producción cuidadoso, este queso azul sigue deleitando a los amantes del queso en todo el mundo, manteniendo su estatus como el «Rey de los Quesos Azules».